Callie, selección.

{#} Personalidad:
Para ser breve, diré que Callie es justa. No porque crea ciegamente en la igualdad y todo eso, si no porque no puede evitar ser objetiva con todo y en todo momento. Quizá por eso sea tan fría, tan sincera a bocajarro, tan directa al hablar e incluso al actuar, porque se deja mecer entre el blanco y el negro. Malhablada, aunque bastante noble en el fondo, se hace la indiferente pero es sólo una pose. Callie es muy inteligente, por encima de la media, y aunque no presume de ello, no deja de sentirse orgullosa de sus capacidades.

{#} ¿En que casa no te gustaría estar?¿Por que?:
Slytherin/Gryffindor. No me va eso de tener un palo metido por el culo. Y, creo que me dolería el cuello de apuntar siempre con la barbilla al infinito. Relajar los hombros está bien de vez en cuando, ¿Sabéis? No es necesario defender el honor a capa y espada todo el rato, podéis ser personas normales y no jugar a héroes y villanos por toda la eternidad. Bleh.

{#} Una pequeña prueba de rol del día de tu selección:
Pone un pie en la sala, y evita por todos los medios suspirar. No quiere que nadie se de cuenta de cuenta de lo impresionada que está realmente. Los chicos hablan, unos con otros, pero ella lleva en silencio desde que se despidió de su padre en King Cross, y ser invisible no es un problema para ella. Prefiere no demostrar que todo aquello la sobrepasa un poco. Principalmente porque no tiene ni idea de qué es todo aquello, y no diferencia entre tantos colores. Ni siquiera entiende por qué el sombrero grita una cosa y otra, y a pesar de que ha leído sobre el tema, aún no ha aprendido a diferenciar el rol de cada animalito. Escucha, en silencio, hasta que por fin dicen su nombre. El último de todos.

Gruñe cuando se da cuenta de que es su turno de subir al estrado. No quiere, porque eso significa exponerse. Pero lo hace cuando se da cuenta de que no tiene más remedio. Sus ojillos inquietos lo analizan todo, sabe a historia por todas partes y eso le gusta y la tranquiliza. Es una chica lista, y no tardará en entenderlo todo. Es en eso en lo que piensa mientras toma asiento en el taburete, y clava los inexpresivos ojos en un punto muerto frente a ella. Allá vamos.