MCKINNON, Marlene —casting.

Casting para Marlene McKinnon.

18.00 Hrs. | Jardines | Marlene y un pnj.

Cuando los recuerdos revivieron en su mente entendió que su plan de buscar aire en los jardines, alejarse de la población, darse un respiro e intentar dejar de pensar, no funcionaría en nada. Sus labios todavía sentían la ausencia de los de Alexander, labios masculinos que buscaban posarse sobre los de ella cada vez que se encontraban, cada vez que se saludaban en los pasillos o cuando se sentaban juntos en el Gran Comedor a la hora del desayuno y de la cena. Su cuerpo aún resentía la falta de calor que proporcionaban los brazos de su amigo alrededor de su torso, cubriéndola, brindándole una protección que ninguna otra persona le había regalado. Marlene estaba triste y desorientada. No entendía lo que sucedía a su alrededor y no tenía intención alguna en hacerlo. Su corazón y su mente se dividían en tres: el primero anhelaba recibir un poco del cariño que Alexander le había proporcionado durante todo el tiempo que se conocían, el segundo le obligaba a conservar el sentido común y un pequeño enojo que se alimentaban día con día de la tristeza y la confusión que estaba viviendo, y el tercero se proyectaba en su mente con la voz de su padre recordándole la importancia de los estudios; cosa que la hacía sentir aun peor. Recargada aún sobre el tronco, su cabeza comenzó a dar vueltas y unas incipientes ganas de llorar se apoderaron de ella. No podía. No debía hacerlo. Marlene no quería  llorar más por una relación que no entendía. Una relación falsa. Estar con una persona que llevaba tiempo conociéndola y que adora no entendía del todo. ¿Por qué deliberadamente él quería cambiarlo todo? ¿Por qué el odio y el desprecio se incrementaba a pasos agigantados en el castillo? ¿Qué estaba sucediéndoles?

Entendió que la gente suele mentir y que sólo se muestra su verdadera personalidad cuando sus intereses están de por medio. Ella no era hermosa, fuerte y divertida como Chrysthalle. Tampoco era inteligente y fantástica como Lily. Ella no tenía nada de especial, no tenía un estatus y sus ideales eran para las personas indefensas, ¿por qué otra cosa alguien como él aceptaría estar con una completa desconocida sin chiste cuando tenía muchas chicas mucho mejores a su alrededor? Es más, ¿en qué momento comenzaron a hablar? Conocía lo bueno y lo malo, respetaba su forma de ser, le había ayudado en infinitas cosas, él había estado a su lado en los malos momentos. ¿Por qué Merlín deliberadamente le había dicho todas esas cosas? ¿Acaso no eran primeramente amigos? Una voz interrumpió sus pensamientos y Marlene abrió los ojos sorprendida, en sus orbes podía notarse el color rojizo característico de un llanto reprimido. Observó al chico de pie frente a ella, con la escoba apoyada en su nuca y las manos sobre el mismo mango de madera en una pose que se le antojó profesional. No logró reconocerlo hasta qué se asomó el atisbo de una infancia disimulada en su voz y en sus facciones. — Hola.— murmuró, redirigiendo su mirada al frente, parpadeando varias veces para que el rojo se alejará de sus ojos por la eternidad. El sol que caía sobre su cabello fue cubierto por la silueta del muchacho y repentinamente éste perdió el brillo que solía llevar hasta en los días más oscuros. — ¿Has vuelto a jugar quidditch?— la mirada recompuesta de Marlene regresó a él.

Casting Aceptado

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