» Cartas de amor » Evans.

Una gran mañana iba acompañada siempre de buenas ideas para fastidiar a sus compañeros e incluso a más de un profesor. Al castaño esa clase de mañanas le encantaban, ya que su aburrimiento se mantenía al margen de la situación hasta pronto aviso. Así que luego de haber tomado un fuerte y delicioso desayuno en el Gran Comedor le indico a sus tres amigos que iniciaría con el plan que durante el desayuno habían estado discutiendo todos con las cabezas bajas y susurrando para que nadie pudiera escucharlos. Además teniendo sumo cuidado con los profesores que pasaban a su lado y los prefectos que también lo hacían, aunque estos iban a comer algo también.
Sus tres amigos lo iban a ayudar con sus clases mientras que él escapaba a la lechuzería en la torre y hacía lo que debía, se despidió agarrando una mochila, que no era de él si no de Potter, y dejo la suya para él; un intercambio de mochilas y se marcho del lugar tranquilamente, con una ligera sonrisa en sus labios confiado de que nadie lo estaría viendo más de lo normal. Camino por todo el castillo con el bolso en su espalda, como si fuese otro día normal del año. En el proceso se encontró con algunas personas conocidas, algunas deseadas y otras no tanto, por lo que se detuvo un momento a charlar y a bromear con aquellos amigos y luego se disculpo diciendo que debía ir a la lechuzeria a entregar una carta para su familia ... Eso al principio sonó algo tonto pero la gente al no saber de sus actuales problemas con su sangre no sospecho para nada que era una cruda mentira.

El día era frío y bastante crudo, por lo que cuando subió las escaleras del lugar se ajusto más el cuello de su abrigo ya que sentía como el frío ingresaba a su cuerpo más rápido de lo que hubiera deseado. Dentro estaba aún más fresco, un aroma a lechuza sucia y mal oliente rondaba en el aire lo cual obligó a Black a arrugar su nariz con ganas de no estar allí. Subió a lo más alto de la torre mirando las lechuzas al pasar, estas le dedicaban una mirada curiosa y seguramente pensaban que tendría algo para ellas. Cuando llegó arriba dejo sobre una pequeña mesa que yacía allí el bolso y empezó a prepararse. La idea que habían tenido con los merodeadores se le había ocurrido a James el día anterior. A media mañana mientras todos estaban en el comedor las lechuzas mensajeras arribaban al Gran Comedor, entregando cartas, periódicos y demás. Lunático había confeccionado unas cartas de color rosa ( Como si fueran de una enamorada/do); estas cartas eran muy suceptibles ¿ Porque ? Dentro de las mismas tenían una mezcla de un liquido pegajoso y medio permanente junto con plumas de diversos animales. La idea era que cada carta estuviera en una lechuza y que estas volaran hacía el Gran Comedor como todo los días. James que estaba allí junto a los otros dos echarían un hechizo disimuladamente para que cada carta cuando estuviera sobre las cabezas de los estudiantes explotarán en sus cabezas ¡ A que no es genial ! Debían darles un premio por tan buena imaginación y elaboración.

Sirius rió solo como loco mientras que sacaba una de las cartas del bolso. Dio un par de pasos y busco una lechuza cualquiera que se dejara enganchar la carta en su pequeña y frágil patita. Durante un lapso de tiempo indeterminado estuvo colocando las cartas rosas en las patas de los animales con sumo cuidado de que ninguna se les fuera antes de lo previsto. Por alguna razón sentía una tremenda curiosidad y ansiedad por ver como quedarían sus compañeros como mini pollitos humanos. Lo bueno de todo esto era que ese liquido pegajoso que había echo Lunático no se sacaba fácilmente por lo que todos aquellos que sufrieran el ataque estaría un buen rato para darse una ducha, volvió a reír y se concentró en su trabajo. Cuando ya le faltaban solo cinco lechuzas, de quince que ya había "armado" sintió que la puerta se abrió desde abajo. Se quedo callado por un momento, esperando a que la puerta se abriera nuevamente, pero eso no sucedió. Cuando echo un vistazo por la hueco de la escalera no pudo evitar reconocer aquella melena pelirroja que iba subiendo las escaleras. Por un instante entro en pánico ya que Evans arruinaría todo si se entrometía con sus preguntas fastidiosas, pero al instante recupero la cordura y guardo lo más rápido que pudo las cartas que le sobraban, solo dejando una afuera.

  - ¡ A volar ! - Les indicó el Gryffindor a todo vapor haciéndoles una señal  a las lechuzas para que iniciaran vuelo hacía el comedor, dejando solo una sobre la mini mesa, a un lado del bolso. Fue más que obvio cuando diez lechuzas con cartas rosas en sus patas salieron volando de la lechuzería pero ya algo se le iba a ocurrir. Cuando llegó su compañera de casa al mismo nivel que estaba él Sirius echo una ligera y andante sonrisa en sus labios como si nada pasara en ese momento.   - ¡ Evans ! Pero que sorpresa encontrarte aquí . - admitió falsamente el joven mientras que acariciaba con suavidad la cabeza del animal que ululaba cerca de él. Lo malo de que tu mejor amigo y casi hermano estuviera enamorado perdidamente de una persona como la pelirroja eran dos, la primera era que Evans no tenía ni el más sentido del ánimo que ellos y eso les jugaba bastante en contra. Y para empeorar la situación ella se había convertido en prefecta por lo que tenía en poder de sacarle puntos aunque ella también perteneciera a Gryffindor, por lo que era tener al enemigo dentro de fronteras, invadidos, pero todo eso estaba perdonado solo porque James la quería, si no fuera por James .. Anda saber que le abrían echo a la pobre muchacha .

Bueno, la parte más difícil ya había pasado; cuando Lily vio a su compañero de casa admitió que también había sido una sorpresa para ella lo cual saco una ligera sonrisa de los labios del muchacho. Dejo de acariciar la cabeza del animal tomando el bolso que yacía aun en la mesa y se lo colgó con total normalidad, seguramente sus amigos lo matarían por haber desperdiciado cartas pero bueno, luego de contarles el porque de esa decisión seguramente no le reclamarían nada más. Esperaba con ansias enganchar esa ultima carta e ir al Gran Comedor a ver el espectáculo que se produciría, seria todo un plato ver a los estudiantes llenos de plumas y liquido viscoso que dificultaría que se lo quitarán con facilidad; seguramente la enfermera del castillo aquel día estaría muy ocupada, y además maldiciendo al que se le hubiera ocurrido aquello. Pero ahora el tema era que no podía huir de la lechuzeria así como nada, seria un poco sospechoso por lo que debía hilar alguna excusa creíble a la pelirroja.

Cuando ella le pregunto que hacía allí se encogió ligeramente de hombros al mismo tiempo que fruncía sus labios un poco, en forma de obviedad. - ¿ Qué has venido a hacer tu aquí? - le devolvió la pregunta con un tono neutro y tranquilo. En su mano aún estaba la carta rosa, este deslizaba su dedo por el suave papel. - Me extraña que me preguntes eso Evans, sabiendo que no hay otra cosa que hacer en este lugar. - admitió echando una sonrisa fanfarrona a su rostro para luego empezar, con movimientos normales e imparciales, a atar la carta a la pata de la lechuza. Mientras que prestaba atención a lo que estaba haciendo se dirigió hacía ella. - El amor me ha inspirado mi querida Lily, creo que luego de juntarme tanto con Potter me ha pegado ese amor empalagoso que tiene por ti, y me lo ha transmitido hacía otra persona. - mintió descaradamente echando una risa al final de su comentario. Era muy evidente que era una mentira porque ella lo conocía y sabía que ninguna mujer ganaba el corazón del Gryffindor, solo más que por unas cuantas horas, pero no dejaba escapar la oportunidad de fastidiarla.
Cuando termino de atar la carta rosa a la pata del animal hizo que esta subiera a su brazo con cuidado y camino unos pasos hacía donde estaba la muchacha, la observo durante unos momentos y luego con un suave chasquido con la lengua impulsó a  la lechuza hacía arriba; esta desplegó sus largas alas y más rápidamente echo a volar saliendo por una de las aberturas del lugar. Una vez que tuvo las manos libres se frotó las manos sintiendo en ese momento frío, al hacerlo se percató de que sus manos estaban pegajosas ¿ Seria quizás el contenido de las cartas ? No emitió mueca ante ese descubrimiento y alzó su barbilla para mirar nuevamente a su acompañante con una galante sonrisa, deslizó una de sus manos por el cabello revuelto y echo un suspiro al aire, como si estuviera cansado de algo. - ¿ A cual de todos tus enamorados le enviaras una carta ? - pregunto solo para molestarla mientras que echaba su bolso hacía atrás, lejos de manos curiosas. Antes de que pudiera quejarse hizo una seña con las manos para que detuviera su comentario, que conociéndola la no seria nada agradable. - Minimamente tiene que ser más guapo y encantador que James ¡ Mínimo ! - echo a reír sin poder evitarlo tras comentar aquello. No había mejor cosa que molestarla a ella, podría adoptarlo como pasatiempo si ella aceptaba a su amigo como pareja, lo cual por la hostilidad que tenían ambos no se veía muy probable, pero de cualquier forma era un buen plan. Miro hacía abajo un momento y calculaba en cuanto tiempo las lechuzas llegarían al Gran Comedor, o embaucaba a Evans para irse o no sabía bien como haría para irse, pero si sabía que no se perdería por ningún motivo la broma de plumas; rezaba para sus adentros que Severus estuviera allí, seria todo un plato verlo. -