Casting para Remus J. Lupin.

Casting para Remus Lupin

Casa de los Gritos. 15 de marzo, 21.45 p.m.

La luna sale y Remus se echa hacia atrás, huyendo de su reflejo. Sabe que es sólo cuestión de tiempo que se produzca su transformación, pero quiere retrasarlo lo máximo posible. A veces, cuando está deprimido o enfadado, la metamorfosis ocurre apenas segundos después de que salga la luna, pero en el resto de ocasiones ésta tiene lugar varios minutos después de que el astro empiece a brillar. Todo es más fácil si se mantiene alejado de la luz que desprende, pero la Casa de los Gritos no le facilita esta tarea: por  los grandes ventanales se cuelan grandes halos de luz blanquecina. Él está acurrucado en un rincón, esperando lo inevitable.

No sabe cuándo ocurre con exactitud, pero en un momento determinado los huesos parecen quebrársele, por lo que grita de tal forma que sus pulmones se vacían del todo. Por muchos años que lleve sufriendo esa enfermedad, aún sigue pillándole desprevenido. Es imposible acostumbrarse a esa tortura: de vez en cuando Remus puede incluso sentir cómo sus huesos se alargan y contraen para adquirir la forma del lobo. Duele. Oh, joder, le duele tanto que le duele hasta la vida. Quiere seguir gritando, pero sus cuerdas vocales están transformándose también y de su garganta sólo salen toda clase de sonidos guturales.

Cuando por fin termina todo ese proceso infernal, el lobo -que no Remus-, observa a su alrededor. Él, al contrario que el joven estudiante, no siente el dolor de la misma forma. Puede que tenga las patas delanteras ensangrentadas, pero lo único que percibe es que el suelo a su alrededor está alarmantemente arañado. Gira sobre sí mismo, escrutando la oscuridad a través de sus grandes ojos amarillos, como si estuviera buscando algún enemigo desconocido. No hay nadie en esa habitación, salvo él mismo.

Tiene hambre, así que se dirige hacia la puerta -porque está en un piso demasiado elevado como para poder saltar por las ventanas sin hacerse daño-, esperando poder salir con facilidad y encontrar carne fresca. Empuja la madera con su cabeza, con el lomo, con las patas delanteras y traseras, pero no se abre; el Fermaportus que hay sobre ella impide que pueda abrirla manualmente. Frustrado por el hambre y la soledad, el lobo aúlla de forma aguda y penetrante. Una vez. Dos, tres, cuatro veces. Los aullidos se hacen tan frecuentes y tan elevados que rompen la quietud de la noche. Sabe que a cientos de metros, los habitantes de Hogsmeade se estremecen en aquel instante, pero sabe también que están tan asustados que jamás se atreverían a ir a por él. Aúlla tanto y tan a menudo que no escucha los pasos al otro lado de la puerta, así como tampoco se inmuta al oír las voces de Sirius Black, James Potter y Peter Pettigrew. El lobo se retira de la puerta y se va al otro extremo de la habitación, fulminando la salida con la mirada y deseando poder atravesarla para desatar su temperamento agresivo.

Mr. Hyde no reconoce ni a sus propios amigos.

Casting Aceptado

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